Quedan, estos textos e imágenes, como huella de una etapa primera, que debe terminar: este lugar tiene demasiados recuerdos de un tiempo muy difícil. Por otro lado, la etapa segunda empieza desde hoy en este otro sitio, llamado, como insinuaba, "Cara roja". Serán otros textos pero la misma voz.
       Gracias a todos los visitantes, y a quienes se preocuparon por mi ausencia y mi salud en los meses pasados (en especial, a Shered, por su atento mensaje, y a Julián, mi hermano, por vencer su fe ludita y ayudarme cuando hizo falta). Espero seguir conversando con todos. Allá nos vemos.


--Lisa

Nota de abril de 2005: luego de dos proyectos más, abro una nueva bitácora aquí, con su nuevo juego. Debo decir que intenté evitarlo, pero he descubierto que trabajo mejor cuando estoy (siquiera de modo virtual) entre otros, que me dan impulso. Espero verlos, pues, en Cuatro. --L

§ octubre 31, 2004
§ 5:57 p.m.
§ enlace

 
 
 

{

Pero recuerda, hermana, que aquí llegas; recuerda, alma del polvo, casa vacía de unos instantes, sexo en el día que espera a la piedad, recuerda que las horas van en el silencio. Recuerda que pocos nos escuchan. Recuerda que las paredes, húmedas, guardan la luz más diminuta pero no siempre le dan vida al paso de los cuerpos. Recuerda que nadie mira la puerta, ya atrancada, tras la procesión del comienzo. Recuerda que una forma del dolor es sorda y ciega, sus manos pesadas, su cara roja.
No lo olvides y me verás de nuevo, hermana, amada, signo despertado, travesía.


§ 1:08 p.m.
§ enlace

 
 
 

Dolor

Una vez te tuviste entre los dedos.

Otra arrojaste el fruto a los gusanos
y otra más sonreíste a la cara
de tela del verdugo.

Muchas más te quedaste mirando
la cabalgata de los reyes,
provistos de anteojeras como sus
hombres y mujeres caballo
y tan uncidos como ellos.

Pero nada de eso es el dolor,
nada te hace merecerlo.

Mira, en cambio,
aquí:
mira esta carne que habla de firmeza
en su paso a la sombra.
Oye la alarma sorda, ronca,
en cada instante el estallido y el destrozo,
que no será escuchada

jamás.

(a Anna)


§ 4:33 a.m.
§ enlace

 
 
 

Envidia

Tienes la vida, hermana, que me falta. Tienes un cuerpo, un límite preciso que te separa del aire sin sombras. Yo me decanto, sola, hasta no ser más que una sílaba, un favor del Otro a las que aguardan, solas, dentro mío. Una, lejana, terca, nos gobierna de lejos. ¿Cómo no desear tu suerte, tu camino sin letras, palpitante de sangre y sol viajeros?

(a Conflictiva)

§ octubre 28, 2004
§ 4:33 a.m.
§ enlace

 
 
 

Imposible

Cada siete horas y un décimo: sin falta, tronador, viene el dios de mis padres y se da la vuelta por la casa. O por el aire más oculto en la carne. Mientras afuera llueven noticias de otras lluvias más distantes, más milagrosas, ese ser baila y grita, grita y baila, como que el mundo llegó siglos ha a cierto término, que nadie ha pronunciado todavía pero que brilla en el fondo de los ojos, como una garra dormida.
("Ah, sí, cómo no."
"Claro que sí. Mira tus manos en la oscuridad, mira tus palmas sucias, y la garra adentro saldrá un poco porque no le gusta la mente inquisitiva."
"¿Y el dios?"
"Cuando no aquí atiende a mis padres, que uno muere en la nieve desde hace tanto y el otro mira el sol de reojo, desde un ángulo, mientras viene la hora de la cara roja.")

(a Evam)

§ octubre 20, 2004
§ 4:32 p.m.
§ enlace

 
 
 

Khan

El sol asoma por el borde del mundo
y a través de la tela desgastada
por el aire y los gritos.

¿Quién es el que levanta los párpados?

La tienda, mil veces perforada
por los dedos del día,
no deja de ser noche.

El sueño se resiste:
con letras que no pueden leerse,
con voces distantes,
se aferra a la memoria.

(también está el recuerdo de un cuerpo
prisionero y el tacto
de una piel y un aroma pesado,
sucio y blanco, tan dulce)


Pero de pronto es una empuñadura
entre las manos y una voz de mando:

se levanta,
da un paso afuera, y ante los jinetes
que esperan el comienzo:
este otro mundo tiene que ser suyo
y viene la batalla.

(a Santiago)

§ octubre 14, 2004
§ 9:46 a.m.
§ enlace

 
 
 

Desenlace

Vamos, todos, hacia el final.

Los mundos que nos habitan,
llenos de errores prescritos, son por tanto
perfectos.
Nos arrastramos por las dificultades
como el rey que trepa su ladera
y en la parte más alta verá el ojo del dios
que lo crió para tirarlo, entre gritos de pena.

Moriremos una vez y otra,
mientras la desazón de los ángeles
se disipa en el placer de las historias.

(a Vickyna)

§ octubre 08, 2004
§ 9:44 a.m.
§ enlace

 
 
 

Papa

Humilde, cara fea,
te vieron humillada
sobre el suelo.

Parda,
          como tan mal se ve,
te moverán a sitios apartados
y te reclamarán todas las faltas
de la tierra sin habla.

Entre basuras que dicen tu nombre
serás otra sombra.

(a Carlos)

§ octubre 05, 2004
§ 7:58 p.m.
§ enlace

 
 
 

Yuxtaposición

Este momento y aquel otro: mira la persistencia de las cosas muertas, atenazadas a la huella triste de su memoria.

(al Portero)


§ 7:57 p.m.
§ enlace

 
 
 

Retorno

De a poco, pero empiezo a caminar de regreso.
Gracias por insistir y por venir y marcharse y venir otra vez (como se dice) a estancia tan sola.

Lisa

§ octubre 04, 2004
§ 7:52 p.m.
§ enlace

 
 
 
arriba
 
Alice Krige como Lisa Benjamenta. © Atelier Koninck, 1995
 
A la busca de otro comienzo
 

El juego de este blog
ha terminado

pero una etapa nueva
comienza apenas en este nuevo sitio
 

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